Texto — Tris | Diseño — Garye

Desde hace algunos años las mujeres hemos empezado a destacar y dominar más ciertos ámbitos de la literatura.
Por ejemplo, no podemos mencionar el terror latinoamericano sin mencionar a autoras como Mónica Ojeda o Mariana Enriquez; no se puede hablar de novelas juveniles clásicas sin mencionar a Stephanie Mayer, Rainbow Rowell o Cassandra Clare. Gracias a la adaptación fílmica de Balada de pájaros cantores y serpientes, Suzanne Collins vuelve a estar en boca de todos y Colleen Hoover encabezó todas las listas de libros más vendidos y más leídos del 2023.
Por si fuera poco, por cinco años seguidos el Premio Tusquets de Novela ha sido galardonado a mujeres escritoras. En 2022 la autora Annie Ernaux ganó el Premio Nobel de Literatura y Barbara Kingslover se llevó el Premio Pulitzer de Ficción 2023.
Las mujeres cada vez encuentran más lugares en la literatura, así como cada vez hay más libros que hablan de la experiencia femenina y las dificultades a las que nos enfrentamos, como Kim Jiyoung, nacida en 1982; sobre la maternidad, como Lo que no tiene nombre de Piedad Bonnet e incluso sólo historias fantasiosas protagonizadas por heroínas como la serie El Trono de Cristal de Sarah J. Maas.
Se podría llegar a afirmar incluso que la literatura se está inundando y sobresaturado de obras dirigidas a un público femenino.
En medio de este maremágnum de autoras pareciera que nos olvidamos de algo: ¿y los hombres? Poco a poco la mirada y la experiencia masculina van perdiendo relevancia e interés.
Es como si ya nadie quisiera escribir sobre el buen esposo, el soldado, el solitario nihilista que reflexiona sobre la vida en un cabaret, el héroe que rescata a la damisela en peligro y otras historias importantísimas. Poco a poco estas historias pierden relevancia en los anaqueles y son reemplazadas por libros sobre adolescentes revolucionarias, romances prohibidos e incluso, sobre las vivencias de mujeres.
Las voces masculinas dejan de oírse y esto nos lleva a la pregunta ¿dónde queda la literatura masculina?
La respuesta: en todos lados, desde el inicio de la historia moderna.
Si bien pareciera que las mujeres están “cooptando” el panorama literario actual, esta es una ilusión creada por el borrado histórico de las voces femeninas. El cánon de la literatura universal siempre ha resaltado las voces de autores mientras que figuras relevantes a su época como Christine de Pizan, Margery Kempe, Margaret Cavendish, Aphra Behn, Agatha Christie, Elena Garro, Alfonsina Storni, Chimamanda Ngozi Adiche y miles de autoras más siguen luchando por ser escuchadas.
Parece increíble que en más de 120 años de historia, el Premio Nobel de Literatura sólo ha sido entregado a 17 mujeres; desde su establecimiento en 1918, sólo 31 mujeres han sido galardonadas con el Premio Pulitzer de Ficción y desde su instauración en 2005 hasta 2018, sólo una mujer, Betina González, había ganado el Premio Tusquets de Novela.
En un estudio sobre el sesgo editorial, Rosie Cima encontró que en 1950 las mujeres habían escrito aproximadamente el 30% de los best sellers según el New York Times, número que poco a poco ha ido aumentando pero sigue sin llegar al 50%. Entonces, ¿las mujeres realmente están sobresaturando el mercado literario?
No, las mujeres apenas están empezando a ocupar los espacios que por siglos se nos han arrebatado.
Por interminables que parezcan las historias sobre la experiencia femenina, la maternidad, la rabia, el empoderamiento y los cuentos rosas sin mayor propósito que brindar entretenimiento a la lectora, nunca serán suficientes para llenar los huecos silenciosos que han dejado las mujeres que no pudieron ser escritoras, cuyos nombres y escritos fueron olvidados o simplemente no se atrevieron a publicar.
La mirada femenina en la literatura apenas comienza a sobresalir en una humanidad de escritos masculinos y es por eso que debe celebrarse e incentivarse el que cada vez más mujeres se publiquen, se lean y se comenten.
Es por eso que te invitamos, lectora, a leer más autoras, a compartir más historias sobre mujeres o escritas por mujeres y a ayudar a ampliar el panorama literario femenino. Y a ti, autora, te invitamos a seguir escribiendo, a seguir compartiendo tus historias y a seguir creando. Es importantísimo leer tu voz y seguir construyendo un nuevo cánon literario juntas.
Y tú, querubína, ¿quién es tu autora favorita? ¿Hay alguna autora que quisieras recomendar o que te gustaría que tuviera más reconocimiento? Queremos leerlas a todas.