Entrevista – Bri | Texto – Gina | Diseño – Evita
No es secreto que cada vez vivimos más rápido y más fragmentariamente. Usualmente ni siquiera es nuestra elección, sino la presión externa de un mundo que exige que siempre entreguemos más: más de nuestra atención, más de nuestra capacidad física y mental, más de nuestra privacidad. Entre las pilas interminables de trabajo y vórtices de información, es fácil olvidarnos de ver hacia dentro, de cultivar la relación con nuestro propio ser, de pensar en el camino que hemos recorrido a lo largo de nuestra vida y honrar los altibajos de este. La música de K-efe es ese recordatorio de que somos personas con emociones desbordantes, pensamientos contradictorios y cuerpos que sienten.
Karin Hofmann es el nombre de la cantante, rapera, compositora y productora chilena que, junto con el bajista Cristian Rozas, conforma K-efe. En su proyecto, el flow de las rimas rap y los instrumentales que amalgaman soul, jazz y R&B se encuentran con letras conscientes acerca del poder del autoconocimiento y autocuidado para crear una propuesta tan cool como enraizante.
“Lo tenemos todo, todo lo que es importante. Mi corazón despierta, va con un flow elegante, yo confío”.
Detrás de cada propuesta musical a la que le damos play en nuestros dispositivos hay una persona con todo su bagaje, experiencias, esfuerzos y altibajos. Esta conversación con K-efe trata exactamente sobre todo lo que sucede tras bambalinas, a veces inesperadamente, para darle ese soplo de vida a la música que llega a nuestros audífonos. Karin abrió su corazón para compartirnos más sobre su camino artístico y espiritual, sus procesos creativos y sus vivencias como mujer en la industria musical.
Antes de conformar el proyecto de K-efe, Karin era parte de una banda, lo cual resultó esencial para su formación como artista y performer. Pero además de aprender a moverse en un escenario, también aprendió que una de las cosas más importantes es empezar, tomar acción sin paralizarse por el deseo de perfección. Esos saltos de fe también han estado respaldados por su constante trabajo por mejorarse como artista:
Yo he estudiado mucho. Soy mujer, soy música en una industria masculina. Entonces para mí ha sido importante seguir aprendiendo, estudiando, poder hablarle como un igual a un vato, poder ocupar terminología musical que no manejaba antes…cosas que tuve que aprender para poder posicionarme con mi energía femenina en un mundo en donde la energía masculina predomina. Y he sido bien recibida.
Creo que el camino musical que he tomado, que cualquier persona decide tomar, siempre es un poco como el camino de un samurái, porque uno va arreglando cositas que tenía pendientes para poder seguir avanzando con el arte. Es como un arte-terapia. Así que agradezco también a toda la gente que me permite estar en sus audífonos y bocinas.
Siendo una mujer música, ¿cómo ha sido el proceso de encontrarte con otras mujeres dentro de la industria y que van pasando por el mismo proceso de encontrarse en un espacio que puede ser violento para ellas?
Pues, ha sido todo un viaje. En un principio, como estaba tan enojada también creo que atraía a hombres con una energía masculina en desequilibro que alimentaba mi historia y mi perspectiva y volvía a enojarme y volvía a atraerlo. Estaba en un lugar en donde, aunque una quiera hacer la lucha, es agotador. Y me empecé a dar cuenta que a veces no es personal, sino que también hay una inseguridad en la masculinidad, una herida que les cuesta mucho reconocer la capacidad e inteligencia de otras mujeres. Es algo aprendido, de la sociedad, y no es mi responsabilidad tampoco educar a nadie, entonces me empecé a desprender de un montón de energía que no me estaba haciendo bien. Cuando empecé a soltar, empecé a enfocar mi atención a lo que yo estaba haciendo y a lo que me divertía, también empezaron a aparecer otras mujeres en mi vida.
Entonces, si pudiéramos resumir mi mensaje sería, el mundo sigue siendo un lugar machista en muchas industrias, pero si ponemos el foco en mujeres, o también en energía femenina en equilibro, que pueden ser hombres o chiques que no se identifican ni como mujeres ni como hombres, pero con una energía en equilibrio, se vuelve un agrado trabajar con esa gente. En este viaje yo misma he aprendido a dejar ir muchos resentimientos, heridas de muchas humillaciones que como mujer nos toca vivir, pero que si no soltamos no podemos seguir creciendo y nos encapsulamos en una energía de venganza y rabia, que son mejores que la vergüenza pero no que el amor.
¿Cómo decides involucrar tu espiritualidad dentro de tu música? Especialmente tomando en cuenta que no es algo que tenga tanta fuerza dentro del mainstream…
Aunque no trabajo ahora de eso, soy instructora de yoga. Entonces siempre estuve haciendo meditación, estuve leyendo y formándome. En mi música entraba de manera muy sutil en las letras, hasta que me ocurrió una experiencia bastante potente, cercana a la muerte, y por ahí, en una fiebre de muchos días, me llegó una voz que decía que se me iba a permitir volver si yo quería, pero que tengo que entregar un mensaje.
Y cuando me sentí mejor, estas canciones (de este nuevo álbum) se canalizaron a través de mí. Realmente no creo haber hecho mucho además de permitir que pasaran por mí, por mi lápiz, por mis melodías, por mi ser. Cada canción es como un huevito donde está parte de lo que yo canalicé pero también parte la música que yo misma hice, también. Fue un proyecto en el que abrí un espacio privado mío para dejarlo salir. Fue un viaje en el que yo dije “¿cómo sigo componiendo? ¿qué digo ahora? ya no hay vuelta atrás”.
Gran parte de la discografía de K-efe está atravesada por su conexión con la práctica espiritual, incluyendo su último sencillo “Suelta (Respira)” con Paz Quintana, en cuyo video hay conexiones con la sacralidad y el fuego. Al respecto de la grabación, que se realizó en Licán Ray, Chile, la artista nos comparte:
Lo grabamos en el sur de Chile, cerca del volcán Villarrica, que está activo, cuya última erupción fue por ahí de 2017. Siempre está respirando. Los pueblos originarios del lugar hablan de él como el “volcán bueno” porque siempre avisa cuando va a hacer erupción…Básicamente toda esa zona se formó gracias al fuego. La lava creó esa geografía hace miles de años, y lo fuimos a grabar a la desembocadura de uno de los ríos que vienen del volcán. Entonces era recibir esa energía desde todos lados: de los árboles, de las piedras, del agua que viene de la montaña.
Para mí ese lugar es muy importante porque desde pequeña iba ahí todos los veranos. Fue hacer esta pieza audiovisual en un lugar que para mí es como mi segunda casa, casi. Yo crecí en el desierto en Chile, en el norte, pero iba a ver a mi familia del sur todos los años. Ahí mismo está viviendo Paz, con quien trabajé, entonces todo fue súper fluido, la pasamos súper bien, hicimos cuerpos pintados. Usamos un vestuario minimal, de upcycling, con telas de mezclilla recicladas. Estoy muy contenta con el resultado.
Anteriormente hablabas del camino del samurái, y Sushi Venus también tiene algunas influencias que vienen de Oriente, ¿podrías contarnos un poco más acerca de estas influencias en un álbum que ya es muy diverso?
Sushi Venus es mi primer álbum, y en ese momento yo quería hacer música que acompañara a la gente en su día a día, en su casa, donde quiera que estuvieran; que pudieran darle play a música que sonara de fondo, como una compañera, una compañía. También pasó que yo iba a ir a Japón y justo empezó la pandemia, entonces dije: “bueno, no puedo ir a Japón pero voy a traer a Japón a la música”. Y entonces empecé a mezclar todas estas influencias de lo que yo había estaba leyendo al respecto. También fue este periodo donde me puse a estudiar astrología y otras cosas que no había podido estudiar. Yo creo que todo eso se fue plasmando en ese disco: hay cosas de Reiki, hay cosas de Venus, de mitología… Y es que yo creo que cuando una hace diseño sonoro nacen piezas musicales diferentes, trato de vomitar sonoramente lo que tenga adentro, con los elementos que tengo a la mano y voy oyendo qué va saliendo.
¿Qué sonidos inspiraron a K-efe y qué suena en este momento en tu playlist?
Yo siempre escucho música nueva, me encanta escuchar cosas nuevas, aunque eso signifique escuchar una banda de los 70s, no necesariamente nuevo nuevo, pero algo que yo nunca he escuchado. Me encanta cuando me mandan música, y yo la verdad soy súper sensible a los sonidos, soy como sensorial a sonidos del ambiente, entonces siempre estoy sampleando cosas.
Y yo básicamente empecé a encontrar mi sonido a partir de buscar en YouTube, leer, leer y leer en foros y, sobre todo, probando y viendo qué era lo que me sonaba bien, aun sin saber mucho. Ahí fui gestando un sonido que hasta ahora se mantiene…No sé si sea algo académicamente correcto, pero a mí me funcionó y creo que cuando la gente que lo escucha y saben que es mío, para mí eso es lo máximo, es como darle un sello a mi música.
¿Puedes darnos un mensaje sobre este nuevo álbum? ¿Qué podemos esperar de estas nuevas canciones de K-efe?
Se viene un single muy pronto que le canta al espíritu del agua, esta deidad femenina que se personifica en el agua: el agua como elemento purificador en rituales, el agua como lluvia, como abundancia. Es una mezcla de sonidos entre cumbia y R&B. Para mí es una canción que me lleva a un espacio de tranquilidad hermoso.
El nuevo álbum de K-efe se lanzará en Agosto, y también nos adelanta que vendrá acompañado de dos nuevos videos musicales hechos por cineastas.
Este álbum de principio a fin son canciones en alta frecuencia, para elevar la energía, para sentirse bien, para generar mantras, para generar terreno fértil. Se viene otro single después con Masta Quba. Estoy súper emocionada de lo que se viene, de compartir música con otros artistas y seguir expandiéndome.
