Por Mariel
El pasado 13 de noviembre se estrenó la segunda temporada de Persona, una serie surcoreana donde cada episodio es obra de un director diferente. Tras una exitosa primera entrega protagonizada por IU, esta vez fue Sulli (Choi Jin-ri) quien tomó el papel principal. La temporada incluye el episodio “4: Clean Island” y la última entrevista que Sulli concedió antes de su trágico fallecimiento en su residencia en Corea. Persona: Sulli queda marcado como su proyecto final, mostrándonos su lado más humano y crudo.
4: CLEAN ISLAND
La historia sigue a “4”, una mujer que vive en un matadero y debe de confesar todos sus pecados como parte del proceso de migración para poder entrar a Clean Island, el lugar más limpio de todo el mundo. Personalmente, nunca he visto nada parecido en alguna otra serie de K-drama, en el buen sentido. Es una historia retorcida e intrigante, con un guión e imágenes que abordan el lado más atrevido y tabú de la cultura coreana. Se muestra a una mujer imperfecta reconociendo que lo es, algo completamente opuesto a lo que se espera de les idols en el K-pop.
CHOI JIN-RI
En esta entrevista vemos algo muy raro para la industria del K-pop: una artista siendo sincera y contando cómo no todo es perfecto. Se muestran sus opiniones acerca de cómo es verdaderamente la industria, diciendo que solo son importantes la belleza y perfección, aunque sean falsas. Sulli habla de lo que es recibir tanto odio de una nación entera y de cómo se vio obligada a priorizar su salud mental, además de confesar nerviosamente lo que se siente ser vista sólo como una cara bonita.
Durante gran parte de su carrera, Sulli fue víctima de ciberacoso por hablar abiertamente de temas que se consideran tabú en Corea. La odiaban por no usar sostén, por hablar de salud mental y feminismo, y por mostrar abiertamente su relación amorosa. Busqué “Sulli controversia” y solo encontré comportamientos humanos de una mujer normal, porque no deberíamos decirnos “mujeres fuertes” solo por opinar y vivir como queremos.
El documental es muy respetuoso y discreto, y mantiene en alto la reputación de Sulli. Sin embargo, peca de ser pusilánime ante una situación tan crítica y latente. Incluye muchos espacios de silencio que pudieron ser llenados con contexto y datos para crear conciencia y alertar a les espectadores sobre la realidad de la industria, pero también pienso que es como si el silencio fuera para hacerte culpable o destacar la soledad.
“Eres un producto, tienes que ser el mejor producto y de calidad suprema para el público, eso es lo que eres”
La industria del K-pop es conocida por proyectar una imagen de perfección, pero detrás de ese brillo y color hay una realidad dura. Les idols enfrentan una presión inmensa para mantener estándares imposibles, desde su apariencia física hasta su comportamiento público.
La perfección que muestran no es auténtica: es el resultado de un sistema que les moldea desde muy jóvenes, sometiéndoles a entrenamientos eternos, dietas extremas y reglas estrictas sobre su vida personal. Muches no pueden expresar su verdadera personalidad, ya que cualquier error puede desatar críticas crueles y poner en peligro sus carreras y sus vidas.
Nos quejamos de “la industria”, pero nosotres como fans también exigimos y deshumanizamos a les idols cuando muestran su lado “imperfecto”. Hacer a una persona una deidad también atenta contra su humanidad.
“Perdí las ganas de vivir, alguien me puede decir ¿por qué?”
Querida Jinri: no te merecías todo esto, serás recordada por tu valentía y ejemplo ante una industria que no fue gentil contigo. Dejaste un legado en los derechos de los artistas y un ícono del feminismo en la industria del K-pop. Gracias a tu honestidad y autenticidad le devolviste la humanidad a la palabra idol.
Sulli murió por culpa de la ignorancia de un público y la frialdad de su equipo, ¿por qué seguir volteando hacia el otro lado?
