Por: Mariel

Una parte muy importante del ritual alrededor de un concierto es la famosa merch y los momentos que implica; ya sea ver el lanzamiento oficial, caminar por los cientos de puestos afuera del recinto o incluso hacer un atuendo especial para ti. Cualquiera que sea la manera en la que llegó a ti, esa playera que usas como pijama o no dejas de usar en tu día a día, tiene una historia y significado más profundo de lo que crees.
Esta merch está conectada con nuestra identidad y momentos clave en nuestra vida. Es el recuerdo de un suceso que no se repetirá y una manera de decir “yo viví esto”. Está conectada con el sentimiento de “tenías que estar ahí para entenderlo”, representa quiénes somos y qué nos mueve sin tener que decir ni una sola palabra. Es una emoción tangible: te permite mostrar físicamente tu amor por una banda y tu relación con la música.
No se sabe el origen exacto de la mercancía de conciertos, pero en los años 40 los adolescentes fanáticos de la música swing y, específicamente, de Frank Sinatra, comenzaron a escribir el nombre de sus músicos favoritos en su ropa. Se les conocía como “bobby soxers”; eran principalmente mujeres adolescentes que utilizaban calcetines blancos cortos con zapatos planos, una moda muy popular entre artistas y jóvenes de la época.
Posteriormente, en los 50 las fans de Elvis comenzaron a crear sus propias playeras con el objetivo de llevarlas a los conciertos, creando las primeras concert tees registradas en la historia. Con esto, la industria comenzó a ver el potencial de convertir esta moda en un negocio rentable y el equipo de Elvis creó los primeros productos oficiales que incluso incluían los famosos pines de “Odio a Elvis”.
Para la década de los 60, Los Beatles habían recaudado millones de euros en mercancía como pelucas y figuras coleccionables. Pero la mercancía creada por les fans no dejó de crecer y los conciertos se colmaban de fans que recreaban las chamarras deslavadas, cabellera y maquillaje de sus artistas favoritos. Esto se combinó con la llegada de la ola hippie y el sentimiento anarquista en contra de la guerra de Vietnam. Las playeras con mensajes anti-guerra y las playeras con mensajes de artistas se combinaron. Las bandas no solo estampaban su nombre en playeras, sino también sus pensamientos políticos y mensajes de resistencia. Portar una playera representaba más que una alineación con la música, eraun apoyo al mensaje colectivo de paz y de lucha en contra del sistema.
El verdadero boom vino en la década de los 70. AC/DC es la primera banda en recaudar más ingresos en mercancía que en boletos de concierto vendidos. La diseñadora Vivienne Westwood vio el potencial y la conexión de la ropa anti-guerra y la mercancía de música. Combinó ambos elementos para crear colecciones punk y slogans anárquicos y radicales que introdujeron estas ideas en la moda mainstream. En colaboración con Malcolm McLaren crearon la famosa playera de “God Save the Queen” de Sex Pistols. En esta década también surgen los famosos logos de bandas de rock como KISS y The Rolling Stones.
En los 80 las fans de Madonna portaban religiosamente sus pulseras de goma inspiradas en la moda que trajo la cantante y representaban mercancía oficial. También en esta época la merch no solo se volvió un símbolo para las bandas, para les artistas más pequeños o independientes representaba su única fuente de ingresos durante los famosos tours por carretera, donde los gastos de transporte, hospedaje y comidas superaban la recaudación por venta de boletos y eran las playeras que se vendían fuera de los recintos las que decidían si hoy se cenaba o no.
Ya para los 90 la merch estaba tan consolidada que incluso surgió el término “T-Shirt Bands” refiriéndose a las bandas que eran más famosas por sus playeras que por su música. También durante esta década las grandes personalidades comenzaron a popularizar un estilo de moda enfocado a la estética de los festivales.
Hoy en día la mercancía está tan impregnada en nuestra cultura musical que cada artista le pone más atención a los elementos coleccionables que vende en sus tours para que vayan de acuerdo a su estética única: ya sea por el tipo de ropa que elles mismes usan o por las causas que defienden. Gracias a las licencias ahora puedes encontrar logos y diseños de bandas en tiendas de ropa populares, pero también diferentes músicos colaboran con marcas de diseñador para crear líneas exclusivas que se venden a un alto precio.. Las playeras viejas son vendidas por miles de dólares bajo la idea de lo vintage y de conseguir un tótem de alguna época importante para esa banda.
Además, es impresionante la cantidad de mercancía no oficial que se crea, especialmente en México, para cada evento que se lleva a cabo. En mi opinión este fenómeno representa la grandeza del movimiento de la merch. Cada vez se crean diseños diferentes a los productos oficiales con mayor rapidez, , y esta es una manera accesible para que cada asistente pueda llevarse un recuerdo de una de las noches más grandes de sus vidas. No obstante, la gran popularidad de esta mercancía no oficial en México ha impulsado su producción masiva para eventos, lo que ha generado diversos problemas. Entre ellos destacan la obstrucción del paso en los recintos durante los conciertos y el excedente de camisetas que no se logran vender y resultan difíciles de mover una vez finalizados los eventos para los que fueron diseñadas. De hecho, cada año se organiza un bazar especial donde se rematan camisetas de conciertos pasados con el objetivo de liquidar ese inventario acumulado. Este fenómeno ilustra cómo un objeto con profundo significado para las comunidades de fans puede ser explotado por el consumismo, provocando impactos negativos en el medio ambiente y diluyendo el mensaje original y el trasfondo político de la mercancía.
La música define quién eres. En mi opinión somos lo que consumimos y el usar playeras o coleccionar objetos de nuestros artistas favoritos representan nuestra conexión individual con lo que nos mueve y lo que nos apasiona. La merch contiene un sentimiento complejo de comunidad, pero al mismo tiempo de individualismo. Nos hace únicxs al construir nuestros gustos y portarlos, pero también le enseña a les demás que somos parte de algo, de algún fandom, subcultura o simplemente un espacio seguro creado por el amor y pasión que se le tiene a algún grupo o cantante.
Para mí no existen reglas de qué merch puedes usar o no, si debe de ser oficial o si necesitas saberte 5 canciones para poder usar una playera. Aprender toda esta historia me hizo ver que usar una playera de alguna banda o artista trae detrás décadas de evolución, de resistencia, del poder de les jóvenes y de amor a la música, un amor tan grande y fuerte que tuvo que crearse algo palpable donde pueda mostrarse lo que sentimos sin tener que decir ni una sola palabra.