Por: Héctor
Rauw Alejandro y Bad Bunny han devuelto a Puerto Rico a la cima de la industria musical a través de ritmos propios de “La Isla”, más allá de la receta con el reggaetón de siempre, ambos optaron por rendir tributo a los artistas y grupos que han dado identidad propia a un territorio que lleva más de 100 años anexado a Estados Unidos.
En Debí Tirar Más Fotos (DtMF),Bad Bunny desborda el amor que le tiene a Puerto Rico. Es un llamado al orgullo por nacer en “La isla”, que cobra relevancia cultural y política en un momento histórico en el que el gobierno de Estados Unidos reniega lo fundamental de su comunidad migrante.
En Cosa Nuestra, Rauw Alejandro regresó en el tiempo y utilizó la misma estética que Willie Colón y Héctor Lavoe utilizaron en los primeros vinilos que dieron a conocer la Salsa al mundo, como: Vigilantes, Crime Pays y el propio Cosa Nostra, portadas en donde lucían como auténticos mafiosos italianos de Nueva York.
De hecho, el abuelo de Raúl Alejandro, Rafael Rodríguez, era un famoso locutor de radio en Puerto Rico y tuvo la oportunidad de entrevistar al propio Héctor Lavoe cuando “El Cantante” viajó a promocionar su álbum Periódico de Ayer a “La Isla”. Años más tarde, el nieto de Don Rafael le rinde homenaje a Lavoe, con sus mismas expresiones al cantar y un álbum con el mismo nombre que el de 1969.
Tanto Raúl como Benito han puesto a la Salsa en el top de las listas mundiales con canciones que recuperan a grupos como El Gran Combo de Puerto Rico, en el caso de “NUEVAYoL”, que es un sample de “Un Verano en Nueva York”(1975).
Pero, ¿cuál es la relación entre Nueva York, Puerto Rico y la salsa?
EL verano en Nueva York: la Cosa Nostra
La salsa surgió a finales de los sesentas en El Bronx, un barrio ubicado al norte de Nueva York poblado por medio millón de latines, en donde predominan los puertorriqueños o los llamados “nuyoricans”, personas nacidas en Estados Unidos, pero de familia puertorriqueña.
La comunidad latina que viajaba a Nueva York para buscar mejores oportunidades se despedía de su hogar, es por ello que utilizaron la música para disminuir ese sentimiento de lejanía y mantuvieron el calor de la playa entre la fría nieve del Bronx a través de sus ritmos.
Compartieron guaguancó, chachachá, son cubano, mambo, rumba, cumbia y jazz, a tal punto que ya no podían discernir qué género predominaba en sus composiciones. Es por eso que se optó por llamarle Salsa a esta mezcla de ritmos que, al escucharla, solo quedaba gozar de su sabor.
Un verano en Nueva York, en 1964, Jerry Masucci y Johnny Pacheco fundaron Fania Récords con la intención de insertar a la salsa en el negocio de la industria musical. Firmaron a quienes se convertirían en dos leyendas del género, que en ese entonces eran un joven nuyorican que tocaba el trombón: Willie Colón, “El Diablo”, y un puertorriqueño recién llegado al Bronx llamado Héctor Pérez, hoy en día conocido como “El cantante”, Héctor Lavoe.
Ambos protagonizaron los primeros álbumes que le abrieron las puertas de la industria musical a la Salsa, entre los que destacan: Guisando, El Malo y Crime Pays. De ahí que Willie y Héctor aparecen vestidos como la mafia italiana de NY, quienes se referían a sí mismos como “La Cosa Nostra”, por esta razón, Rauw Alejandro retomó el mismo concepto en su álbum más reciente.
LO QUE LE PASÓ A HAWAII
A lo largo de su historia, la salsa ha sido usada con distintos propósitos por parte de los artistas latinoamericanos. En los noventa la salsa política adquirió popularidad gracias a las composiciones del panameño Rubén Blades, que expresaba su preocupación por la invasión estadounidense a Panamá en 1989.
Piezas musicales dignas de ser himnos de protesta, como lo son: “Buscando América”, “Siembra”, “Conmemorando”, “Prohibido Olvidar”, entre otras, dieron un nuevo hito al género que ya no solo era motivo de unión, sino también de protesta contra la privatización de los recursos naturales, la gentrificación del territorio y el desplazamiento de las comunidades.
Con Debí Tirar Más Fotos Bad Bunny regresa a la conversación del neocolonialismo al tiempo que Donald Trump gobierna Estados Unidos a través de políticas conservadoras y nacionalistas que perjudican a migrantes, así como a la cooperación internacional. A través de este material, llama a que Puerto Rico y el resto de América Latina permanezcan despiertos y recuerden la historia del continente.
“Quieren quitarme el río y también la playa, quieren el barrio mío y que abuelita se vaya. No sueltes la bandera, ni olvides Lelo Lai…que no quiero que hagan contigo Lo que le Pasó a Hawái”, canta Benito Martínez, haciendo una comparación con otra isla anexada a Estados Unidos.
Raúl y Benito: Hacha y Machete
Bad Bunny compuso BAILE INoLVIDABLE, una salsa romántica, junto a estudiantes de la Escuela Libre de Música “Ernesto Ramos” y de la Escuela Especializada en Bellas Artes “Pablo Casals”, que se apodan Los sobrinos del tío Benito, ellos son: Julio Gastón, Krystal, Sebastián Torres, “El Roro”, Ralex, Jorge, “Big” Jay Anthony, Darnel, Oscar y Luis Ángel.
Los jóvenes le dieron a esta salsa el espíritu que necesitaba para contar la historia de un amor que ya no es y expresar sin filtro esa nostalgia de extrañar a una persona. Es una canción digna de codearse con las mejores salsas románticas de los noventas como: “Procura” de Chichi Peralta, “Qué hay de malo” de Jerry Rivera y “Busca por dentro” de Grupo Niche.
Por su parte, Rauw Alejandro abre Cosa Nuestra con un sample de la canción “Qué Lío”, compuesta por Willie Colón y Héctor Lavoe en 1968 como parte del álbum The Hustler. “Es tan corto el amor y tan largo el olvido”, dice Raúl para comenzar este álbum que une a dos generaciones puertorriqueñas distintas.
DtMF y Cosa Nuestra le han recordado al mundo la importancia de llevar la identidad local por delante y han demostrado cómo la música ha servido para que una comunidad que, si bien no es independiente en su contexto político, pueda expresar sus propias raíces y aspectos culturales.
En mi opinión ambos álbumes han traído unión a través de los ritmos propios de Latinoamérica y El Caribe, pero en particular la salsa demuestra una vez más ser el género que le ha dado musicalidad a los sentires latinoamericanos desde su nacimiento y hoy en día está presente para recordarle a la comunidad latina alrededor del mundo que permanezcan despiertos y unidos ante las ideologías imperialistas en el continente.
