Texto y diseño — Garye
Ocho años después de su debut como novelista con Ocho lugares que me recuerdan a ti(2016), Alberto Villarreal retoma la historia, ahora desde otro punto de vista. El autor nos lleva de vuelta a las montañas de Monterrey para vivir la nostalgia y el duelo, pero sobre todo el amor.
Garye: ¿Cómo fue el regreso a la novela después de venir trabajando en poemarios y cuentos?
Alberto: Justo es mi regreso a la novela después de ocho años, creo que Todo lo que no me deja olvidarte es una novela poética. Siento que hay similitudes, no solo entre Aquí no hay sed (2022) y TLQNMDO, sino que todos mis libros tienen algunas cosas en común. Pienso mucho en la nostalgia y en el amor, que siento que son un elemento que está presente en cada uno de mis libros, siento que es algo que nos atraviesa todo el tiempo, entonces es imposible alejarse de él. Sabía que quería regresar con este personaje que se llama Edgar (aparece primero en Ocho lugares que me recuerdan a ti es un personaje que quiero muchísimo y que además siento que ha tenido un crecimiento bastante interesante; quería explorarlo.
Garye: ¿Cómo es que tu propio crecimiento influenció estas nuevas situaciones en las que se encuentran los personajes?
Alberto: Quería que el tiempo que pasó en la vida real también pasara en esta historia. Entonces los vemos siete u ocho años después del final de Ocho lugares. Me parece que tienen una vida más adulta, no solo por las situaciones por las que van pasando, sino por la temática de la novela. Ocho lugares es una novela mucho más dulce, mucho más rosa, digamos. Mientras que TLQNMDO toca temas un poco más complejos como el duelo, como la muerte de las personas que queremos, y todo esto que es un tema un poco más crudo. El tiempo que ha pasado para el personaje también pasa para mí y me siento como una persona mucho más madura. Incluso mi concepto del amor va cambiando todo el tiempo y creo que sucede también en este libro. [Los personajes] tratan de ser personas adultas y responsables y creo que todo esto viene del crecimiento.
Garye: ¿Qué representa la familia para Edgar en ese momento de su vida?
Alberto: Me parece que los amores que tiene Edgar (además del romántico), siendo esto con la familia, los amigos tienen un peso más fuerte, más grande en él. Más que la familia, los amigos me parece que son estas personas que están guiando al personaje principal. Cuando empecé a escribir la novela Santiago y Samanta (personajes de Ocho lugares) no quería que salieran tanto como salen. Pero también creo que los personajes tienen vida propia y te van mostrando el camino, sentía que Edgar necesitaba de ellos para poder avanzar en este camino. Él había huido de este duelo o de este dolor durante los ocho años porque no quería enfrentarse a ese recuerdo y son estos amigos que lo acompañan, lo guían y lo ayudan a transitar y sanarlo.
Garye: Hay muchos contrastes entre la ternura y la brutalidad, ¿qué te llevó a incluir estas imágenes que combinan sangre y dolor con gestos de amor y suavidad?
Alberto Es una representación de la nostalgia, lo que este personaje hacía era revivir estos duelos, estos dolores, para tratar de completar un dolor más grande que no pudo duelar de forma completa, porque fue una muerte inesperada, porque no lo veía venir y quedó completamente destrozado. Por otra parte siento que sale natural, porque así es la vida, están estos momentos de belleza, pero también estos momentos en los que todo parece derrumbarse.
Garye: ¿Cuál ha sido tu relación con la nostalgia y la soledad que uno va encontrando en la adultez?
Alberto: Soy una persona bastante nostálgica; siempre estoy pensando en el pasado y creo que puede ser triste. Puede ser un arma de doble filo, pero a mí me encanta sumergirme en ella. Siempre me preguntan qué tanto tiene mi libro, creo que es eso, la nostalgia. Me gusta mucho estar solo, soy esa persona que puede ir al cine, que voy a cenar, a comer solito también a veces,porque disfruto de estar solo. Recuerdo que la primera vez que me mudé a mi departamento para empezar a vivir solo me puse a llorar porque sentía que era la cosa más trágica del mundo, pero al mismo tiempo lo disfruto un montón y creo que el ser adulto va mostrando cosas que no veíamos y que dábamos por hecho cuando éramos más jóvenes. Es trágico y es bonito y es todo. Está este abanico de emociones y la verdad es que me encanta transitarlo, crecer y ser adulto; cada año que cumplo aprendo un montón de cosas y me encanta.
Garye: Se me hizo muy chistoso que Edgar tiene toda su carta astral ¿Por qué elegiste que esos sean sus signos? (Sol en Tauro, ascendente en Leo y Luna en Virgo. )
Alberto: Me parece que es algo muy generacional, siento que ahora todo el mundo se está preguntando su big three para tratar de entendernos. Siento que sucede mucho cuando estás en una date que te dicen “Oye, ¿cuál es tu carta astral?” Entonces pues toca preguntarle a tu mamá a qué hora naciste. Lo cierto que es algo muy de nuestras generaciones. No soy un gran conocedor de los signos pero traté de ubicarlo en lo que yo pensaba que hacía match con el; es un poco yo.
Garye: Justo te iba a preguntar, ¿cuál es tu big three?
Alberto: Mi big three es: Leo Sol, Tauro ascendente y Virgo Luna. No había pensado que era un poco igual…A ver, yo siento que la Luna en Virgo es un sufrir y sentía que yo conecto con este personaje. Siento que los virgo en general sufren muchísimo, pero cuando es la luna me parece que aplica específicamente en las relaciones, sentía que él tenía que tener eso. Todo el personaje es como un espejo mío, de alguna manera. Incluso desde Ocho lugares, antes de que este fuera el protagonista veía rasgos de mí en él, entonces creo que era justo eso, hacer un reflejo de mí mismo en él.
Garye: ¿Cómo ha sido para ti dejar detalles de tu propia historia en tus libros?
Alberto: Es un salvavidas. Creo que eso es lo que me mantiene un poco a flote. El poder estar descargando emociones, quitar de mi cabeza escenas que a veces se repiten, puedo ponerlo ahí y nunca nadie sabrá qué cosas son reales y qué cosas no. Me da mucha tranquilidad poder deshacerme de eso. A veces ni siquiera tienen que ser cosas reales, incluso esa ficción me ayuda a sentirme ligero.
Garye: ¿Te inspiraste en alguna obra en particular mientras estabas escribiendo, como alguna referencia que tengas de música, de libros, de pelis, como algo muy especial?
Alberto: No de forma consciente y no activamente. Pero sí creo que todo lo que hago, todo lo que veo, todo lo que leo, me influye mucho. Hay una parte en donde se menciona, “como el norte de Italia” y “el norte de Italia” es una frase que nunca hubiera dicho si no fuera por Call Me By Your Name. Ahora pienso que sí hay una referencia a un poema que fue uno de mis poemas favoritos, lo leí en el 2020, que habla sobre cómo los extraterrestres podrían ver dos personas que se están besando como un solo ser, que sucede como en el primer beso que tiene Edgar con Pablo. Ese sí fue una referencia muy activa de que sabía que lo estaba haciendo porque es un poema que me encanta, pero todo lo demás un poco sucede sin que lo esté pensando.
Garye: ¿De que forma ha cambiado tu concepto del amor a través de los años?
Alberto ¡Híjole! Creo que esta visión que tengo y que va cambiando está ligada a las relaciones y las rupturas amorosas que he tenido y la terapia que he tenido. Pienso mucho en la responsabilidad afectiva, que siento que es un tema que he hablado mucho últimamente; que yo un poco siento como esa carga, que tengo que ser esta persona que nunca va a lastimar a nadie y que siempre tiene que cuidar al otro. Pero a veces es imposible y se nos sale de las manos, entonces he tratado de ser mucho más flexible con eso. Creo que podemos entender que las cosas siempre son más complejas de lo que parecen y que el mundo no gira todo el tiempo alrededor de nosotros. Y creo que eso choca un poco con ese concepto tan estructurado de la responsabilidad afectiva.
