Entrevista por: Lea

Neysa Blay es una mujer que decide deshacerse de la etiqueta de musa para apropiarse de su historia y narrativa. Después de pasar una temporada en Miami regresa a su natal Puerto Rico para enriquecer la escena alternativa desde dentro.
Su música nos recuerda a las mujeres increíbles que han sido estandartes en la revolución artística que busca vernos como más que objetos o premios. Su más reciente single “Te Gusta, Me Gusta” habla de una mujer hacia otra, con amor, ternura y deseo. Artistas de rock/pop como ella nos recuerdan la riqueza cultural de Puerto Rico y resalta la importancia del arte independiente.
En esta entrevista tuvimos la oportunidad de platicar con ella respecto a su papel como artista, mujer y caborrojeña en la escena independiente de su país.
Casi Cielo: ¿Cuál es tu canción favorita en este momento?
Neysa Blay: “Me gusta, te gusta” de Neysa Blay (risas), esa es la que tengo en repeat todo el tiempo.
CC: Cuéntanos un poco de ti, ¿de dónde eres y qué es lo que haces?
NB: Soy cantautora de Puerto Rico, hago música indie rock, pop alternativo. Estuve viviendo en Miami por unos años y recientemente me mudé de vuelta a PR para darle más duro desde la escena independiente local. Estuve en México los últimos dos años para poder grabar este nuevo proyecto y siento que esta canción es mi bebé mitad puertoriqueño, mitad mexicano.
Puerto Rico se ha puesto en el mapa más que nada por la escena de reggaetón y la música “urbana”. Me parece muy importante resaltar a artistas como tú porque enriquecen a PR en cuestión cultural. ¿A quiénes de la isla consideras tus inspiraciones?
A mí me gusta mucho el elemento de shock cuando digo que hago música alternativa y que soy de PR porque la visión que tiene todo el mundo es que todo mundo hace reggaetón, pero también hay artistas alternativos muy buenos. Alguien que considero que ha llevado una batuta del género es iLe (ex-integrante de Calle 13). Hay otros artistas emergentes, como Epilogio, Chango Menas… Hay una rama muy variada de artistas alternativos en Puerto Rico.
Ver a todos esos colegas desde una vitrina en Miami me dolía en el alma, pensé “yo debo estar ahí, con ellos, en la trinchera y dando cara por la escena en Puerto Rico” es la razón por la cual regresé a la Isla. Me siento bien orgullosa de la manera en que se está uniendo la escena.
Siento que siempre saltamos a los lugares más grandes cuando queremos triunfar pero de repente recordamos de dónde somos. Creo que en este momento de la historia hay un orgullo muy efervescente respecto a quiénes somos y de dónde venimos, y lo que mencionas acerca de regresar a de donde eres y crear desde ahí y hacer crecer la escena desde la isla es algo muy importante.
Tu propuesta mantiene firme la importancia de las mujeres en el rock y en la música independiente para dejar de ser musas y comenzar a hablar desde nuestras vivencias. Un ejemplo que se me viene a la mente es el momento de la historia en el que Elvis explota “Hound Dog” de Big Mama Thornton y todes la asocian con él y no con ella, quien fue una figura determinante en la historia del rock.
Me acordé también de Rosetta Tharpe, también una mujer negra a quien se le atribuye el origen del rock and roll. Como mujeres no somos musas, somos arte, y yo creo que es hora de que se le vea de esa manera. Mis influencias femeninas siempre fueron las mujeres imponentes con mucha ira. Gente como Shirley Manson, Alanis Morrisette o PJ Harvey que eran irreverentes y me inspiraron muchísimo. Para mí ha sido muy importante fungir como representación no sólo como mujer sino también como lesbiana en un ambiente musical donde se consume mucho urbano. Cargar una bandera siendo mujer y lesbiana es una misión y un norte muy importante al impulsar un proyecto independiente.
También se me viene a la cabeza Young Miko quien hace reggaetón que le habla a otras mujeres. Siento que es un lugar muy seguro para las mujeres queer vernos de esa forma, saber que alguien más escribe tus vivencias y las cosas que puedes llegar a sentir.
La visibilidad es bien importante. De niña recuerdo que no sabía hacia donde mirar o si mis emociones o inquietudes eran válidas. En mi casa se consumía mucha música de mujeres que tenían mucho contenido sensual y sexual; empoderadas en el sentido de que ellas eran las amantes furtivas y no se avergonzaban. En ese momento no había visibilidad lésbica, por lo menos en la música latinoamericana como yo la recordaba. Sin embargo, yo veía a personas como Daniela Romo o Ana Gabriel, de quienes se hablaba mucho en ese sentido. A mí, como niña, me impactaba mucho verlas tener carreras tan exitosas y que se supiera (de forma no oficial) que fueran lesbianas. He ahí la importancia de la visibilidad, porque una nunca sabe el impacto que puede tener en las personas, adultas o jóvenes aber que hay gente como tú y que no estás sola en el mundo. Eso tiene un impacto muy fuerte en el desarrollo y el amor propio. Yo cargo esa bandera con mucho orgullo pero también con mucha responsabilidad.
En un mundo donde nos bombardean con las expectativas de lo que debe ser una mujer en la música, en el arte… Somos las eternas musas, no podemos salir de ahí. Por eso gente como Villano Antillano o Young Miko son tan importantes, porque es importante que haya visibilidad en todos los géneros musicales.
Al igual que saber que somos un espectro como mujeres.
Hay una gama de emociones y sentimientos que para nada son blanco y negro.
Hablas acerca de ser niña y escuchar música en tu casa, donde eran muy bohemios. Pero me llamó la atención que a pesar de vivir en ese contexto decidiste estudiar administración de empresas.
(Risas) Mis padres siempre han sido muy bohemios, y les encanta la fiesta. Ellos impulsaron que yo aprendiera a cantar y tocar instrumentos pero también son profesionales, siempre tuvieron una idea muy específica de cómo debería verse mi vida. Típica familia latinoamericana: estudias un grado, si quieres hacer música lo haces los fines de semana.
Yo tenía una visión más grande y siento que ellos no la entendían. Decidí que si realmente quería impulsar mi carrera de manera seria, estratégica, tenía que tener muchos sombreros. Como artista independiente tienes que administrarte, hacer tu marketing, tener una concepto de lo que quieres desarrollar y un proyecto que manejar. Yo entendía que yo no tenía la destreza para hacer todo eso y pensé que un grado en administración podría darme esas herramientas, porque no sólo yo vivo de esto: hay pocos fondos y hay músicos y una banda quienes comen, tienen hijes y tienen que mantenerles.
Decidí comprometer lo que mi familia quería para mi y lo que yo quería para mi. Fue una experiencia interesante porque yo no fui directamente a la escuela. Fui a la universidad e intenté estudiar varias cosas pero me botaron como de tres universidades en Puerto Rico. Decido irme a Miami y me doy cuenta de que necesitaba algo que me diera más seguridad mientras hacía musica y toda la parte creativa. Recuerdo que cuando terminé de estudiar mis papás vinieron a mi graduación y estaban emocionados, “por fin Neysa está encaminada. Bueno, sigue la maestría, ¿no?” Y yo: “pues fíjate, he estado grabando un disco y no haré la maestría”.
Ellos me motivaron a hacer las cosas bien, porque siempre me han ayudado, pero eso no me va a detener para seguir alcanzando mis metas artísticas dentro de la música.
¿Qué sigue para Neysa Blay?
Muchas cosas buenas, esto es solamente el principio y yo estoy sedienta y hambrienta porque he estado trabajando en este proyecto por los últimos dos años, y no sacaba música desde hace 4 años. Entonces este primer corte promocional para mí es una probadita del álbum de 10 canciones que viene. Esta nueva faceta musical está enfocada en el rock, quería ir a mis raíces e influencias del rock en español de la época dorada, de cuando Shakira cantaba Pies Descalzos y Dónde Están Los Ladrones… de cuando Alanis Morrisette sacó Jagged Little Pill, revivir la nostalgia de esa época. Ese es el lugar al que me dirijo.
Se me quedó mucho que mencionaste que saliste de Miami para regresar a hacer música acá. Hay una comunidad latina muy grande en Miami, pero creo que no hay nada como estar en casa.
No, no lo hay. Me sirvió de provecho: Miami es mucha industria, hay oportunidades si uno sabe dónde buscar pero no hay espacio para crecer dentro del rock. Una vez que me di cuenta de eso pensé “¿Qué hago aquí? Vamos para casa”. Estar cerca de mi familia, estar el calor intenso. Sentirme conectada. Por la posición política de Puerto Rico, mirar desde afuera no se siente igual. Uno viene a sufrir pero con orgullo, estás sufriendo con los tuyos, con tu gente. Yo añoraba ese sentimiento de pertenecer.
Si Miami es la industria, Puerto Rico es la cuna del arte que hace a esa industria.
Si no hubiera Puerto Rico, no hubiera Miami.
Puedes escuchar su nuevo single aquí.