Por: Lea

Para este momento cualquier persona que esté del lado pop del internet recuerda el día en que Sabrina Carpenter dio a conocer la portada de su más reciente álbum Man’s Best Friend, y si bien fue una decisión creativa bastante arriesgada fue lo mismo que incrementó la curiosidad por escuchar lo que contendría la historia dentro de esa imagen. Aunque les usuaries en estos espacios virtuales pueden ser reaccionaries, también es posible que mucha gente le dé el beneficio de la duda, y así fue, tuvimos que esperar un par de meses para averiguar qué estaba tramando la intérprete que ya es conocida por incitar a la ira de varies con cosas tan controversiales como el video de Feather o los finales de Nonsense en sus shows en vivo, en los que siempre aludía a la sexualidad, sensualidad y el placer.
He de confesar que cuando me asignaron la opinión de éste álbum estaba reacia a hacerla porque de entrada no me había encantado la portada del mismo, sin embargo es bueno y saludable tener opiniones que no solo retratan cuánto nos gustó algo sino lo que realmente nos hizo sentir, a fin de cuentas es de sabixs cambiar de opinión. Una tarde una de mis amigas vino a mi departamento y me mostró el video de Manchild, el cual me encantó y me hizo crear expectativa alrededor de este nuevo material. Si bien no soy fan de hueso colorado de Sabrina, no me cabe ninguna duda de que el año pasado fue suyo y sacó uno de los mejores álbumes pop del mismo. Ese verano sin duda fue memorable y varios de mis días especiales tuvieron como soundtrack sus canciones.
Al escuchar MBF estaba lista para lo que fuera, sobre todo para cambiar mi opinión inicial de lo que pensé sería el álbum. Creo que la parte que más me sorprendió de mi reacción al mismo es que lo que me pareció fue, si algo, aburrido.
En una segunda escucha me di cuenta de que mi percepción se formaba un poco de la idea de que este nuevo proyecto es simplemente Short ’n Sweet 2.0, en parte por las temáticas del álbum y porque no sentí que hubiera un cambio importante en el concepto de la artista entre ambos. No se siente como un paso diferente, pero tampoco una línea continua. SNS me parece un trabajo mucho más inteligente y atrevido en el cual claramente se nota el crecimiento desde Emails I Can’t Send, su quinto álbum de estudio, ya que sí tomó más riesgos en cuanto a producción e incluso hubo un cambio de imagen bastante significativo. El camino hacia enfrente parecía mucho más prometedor. Y si le quitas el contexto en el que salió MFB, es un buen álbum pop, pero no uno revolucionario.
Honestamente es un poco decepcionante que lo más interesante en este punto de la carrera de Sabrina haya sido el discurso alrededor del álbum y no el trabajo en sí mismo. Esperaba un proyecto que pudiera hacerle frente a toda la controversia. Y si bien tiene sus highlights innegables como la brillante producción de Tears y la muy buena elección de single Manchild, estas dos canciones y el discurso online a raíz de la portada me parecieron lo más memorable de todo.
Sabrina sabe que hay que aprovechar la popularidad y el momentum mientras existe, pero la controversia es un arma de doble filo y solo funciona a tu favor si sabes cómo mover tus piezas.
Personalmente fui una de las que se impactó por la que sería la primera portada para el séptimo álbum de estudio de Sabrina y creo que no fue para menos. Los contextos importan y resulta polarizante que un acto que requiere de confianza y respeto (como el que se muestra en la portada) tenga como soundtrack canciones que hablan acerca de lo harta que está de que los hombres hagan lo mínimo por ella, que sean irrespetuosos y terribles. Y yo sé que somos criaturas de contradicciones, pero también considero, de manera realista, que no estamos en un periodo de la historia en el que podamos subir una imagen en una posición de sumisión y titularla Man’s Best Friend (El mejor amigo del hombre, como usualmente se refiere a los perros) esperando que todas las mujeres del mundo opinen de manera optimista, “¡es cierto, soy el mejor amigo del hombre!”.
Y la gran pregunta defensora de esto puede ser “¿Por qué las mujeres no pueden simplemente disfrutar su sexualidad? ¿Hablar de lo que quieran? ¿Ser personas?” Bueno, porque al día de hoy seguimos siendo oprimidas y violentadas, nos pagan menos, los gobiernos no prestan importancia a la salud reproductiva o lo hacen mucho menos que antes. Esto aunado a los discursos que hablan de las tradwives o mujeres “de alto valor” que regresan a su “energía femenina” a raíz de la alza de la derecha y el fascismo en el mundo. Todo eso hace difícil que se nos vea simplemente como personas.
Incluso dentro de esta larguísima historia de opresión se han lanzado grandes álbumes que hablan del placer y la liberación sexual femenina, y que han sido controversiales y muy comentados, para bien y para mal. Un par de grandes ejemplos relativamente actuales son What’s Your Pleasure? De Jessie Ware, The Age of Pleasure de Janelle Monáe o uno más de antaño como Amor y Libertad de Susana Estrada, actriz y cantante española a la que se le conocía por precisamente ser extremadamente controversial para su época, incluso antes que las Madonnas o Britneys del mundo.
Es complicado considerar que, en un mundo donde más y más mujeres deciden dejar de hacer a los hombres el centro de su existencia, de repente se celebre un álbum que habla de desear a quienes la tratan mal, hacen lo mínimo y la tratan como una mascota. Simplemente creo que no es posible que resuene con aquellas que estamos cansadas de lo mismo, una y otra vez. Y claro que hay espacios donde podemos converger, escuchar y decir “a mí me pasó esto una vez” es lindo sentir que hay alguien que lo habla, especialmente si es una estrella pop que pareciera tener la parte romántica resuelta porque es hegemónica, y ¿quién no querría a una mujer hegemónica? El hecho de que nos podamos identificar es importante, pero existimos en el contexto de lo que vivimos y lo que ha pasado antes de nosotres.
Ahora, no es que Sabrina tenga que ser el modelo de feminismo que el mundo necesita, de hecho creo que dista muchísimo de serlo, pero si eres lo suficientemente popular es probable que seas el modelo a seguir de alguien y eso no es algo que tú puedas decidir, y hay que estar conscientes de ello. La gente famosa puede no ser la luz guía de movimientos importantes; sin embargo, la fama, y sobre todo la de una estrella pop mujer, sí trae como consecuencia la responsabilidad de ser consciente de una misma, de leer el contexto y la habitación en la que estás. Sé que tal vez no busquen ser ejemplos de nada, pero incluso si sólo eres artista y tu respuesta a una pregunta respecto a tu portada muy controversial, a la que la gente dió una interpretación debido al contexto en el que viven es “pues deberían salir más” se me hace una manera muy fácil de sacudirte el tema de los hombros. En una entrevista más comentó que entendía que la gente puede tener otra visión de las cosas y otros puntos de vista, ¿entonces cuál es la necesidad de reducir tu propio arte a un “pues no lo entienden”?
Sabrina es una mujer muy inteligente y una artista muy prolífica que nos ha dado hit tras hit, letras interesantes y perspicaces, y mucho de lo que hablar,pero yo no podría nombrarte más de dos canciones de éste nuevo álbum. Y no dudo que esté sesgada por la portada, la actitud de la cantante respecto a las opiniones de la gente y el hecho de que le precede el mejor álbum de Sabrina a la fecha, pero no puedes culpar a la gente por interpretar el arte que sacas al mundo. Habrá gente que lo entienda y habrá gente que no. En este caso soy parte del segundo grupo.
El rage baiting es un recurso que puede ser utilizado cierta cantidad de veces hasta que cansa, y Sabrina Carpenter es mucho mejor artista que alguien que eventualmente solo recurra a esto para hacer que el mundo hable de su arte.