Por: Citlalli
El fenómeno de Macario Martínez es un caso muy simbólico de cómo la viralización en redes sociales puede alterar el curso de la vida de una persona en cuestión de días. Un trabajador de limpieza de la Ciudad de México que, con su guitarra y voz logró captar la atención de millones en TikTok, pasó en muy poco tiempo de las calles a estaciones de radio y entrevistas en medios de comunicación. Incluso se encuentra próximo a presentarse en el escenario de algunos de los festivales de música más importantes de México como lo son el Vive Latino y Pa’l Norte.
Sin embargo, su repentino ascenso plantea interrogantes sobre la naturaleza de su popularidad y el verdadero apoyo que ha recibido hasta el momento.
Uno de los aspectos más debatidos en torno a su viralización es la romantización de la precariedad laboral. Una canción al estilo folk con tono tierno que acompaña la imagen de un hombre mientras realiza un trabajo duro y poco reconocido generó un impacto emocional inmediato en la audiencia. No obstante, esto evidencia una tendencia problemática: la exaltación de la resistencia y la pasión en condiciones de vida adversas, en lugar de cuestionar por qué esas condiciones existen en primer lugar. El relato de superación personal y meritocracia, aunque inspirador, a menudo sirve para desviar la atención de las desigualdades estructurales que obligan a muchas personas a desempeñar trabajos mal remunerados con la esperanza de que algún golpe de suerte los saque de ahí.
Lo cierto es que el éxito de Macario tampoco es como que solo se haya dado por un TikTok. Él ya venía picando piedra desde años atrás adentrándose en la escena mexa del indie, con apariciones en diferentes flyers de eventos y siendo acto abridor de otres artistas ya conocides en el medio. La construcción de su personaje artístico creció de manera orgánica porque sus ganas de hacerse de un lugar en la escena le fueron abriendo espacios que, si bien en esos momentos no le dieron la suficiente exposición como para llamar la atención de sellos discográficos y promotores nacionales, por lo menos le permitieron cimentar su carrera.
Esto también abre la conversación hacia lo difícil que la pasan los artistas emergentes al intentar compartir su arte y darse a conocer; viéndose orillades a tener otro trabajo para obtener ingresos en lo que la música se convierte en su único sustento. ¿Cuánto tiempo podría pasar para que pudiera llegar a ese punto de equilibrio? Tal vez sin ese TikTok viral pudieron haber sido muchos más años.
Por otro lado, la rápida reacción de la industria musical al fenómeno de Macario Martínez deja dudas sobre la autenticidad de su apoyo. ¿Fue realmente un reconocimiento genuino a su talento o simplemente una respuesta oportunista para generar contenido y capitalizar sobre un trending topic? La historia de artistas emergentes con trayectorias largas y consistentes que nunca reciben este nivel de exposición o apoyo pone en evidencia lo arbitrario que puede ser el éxito en la era digital. Los festivales que lo bookearon de inmediato, las marcas que se sumaron al furor y los medios que amplificaron su historia parecen haber actuado más en función del impacto mediático que de un verdadero interés por su música o su propuesta.
En cuanto a las audiencias, su recibimiento fue una prueba de que sí se puede apoyar al talento local. El punto sería hacerlo de forma lineal y no solo en los primeros instantes en los que es el tema del momento. Porque cuando se reflexiona sobre otros casos similares como el de Ed Maverick, llega la pregunta: ¿por qué a él lo trataron diferente? ¿Acaso él no merecía el mismo apoyo? ¿Qué es lo que nos hace decidir y crear juicios sobre quién sí es digno de ser apoyado y quién no?
TikTok, en particular, ha demostrado ser una plataforma poderosa para descubrir nuevos talentos, pero también para moldear narrativas efímeras. Lo que es innegable es que Macario despertó una conversación importante sobre la delgada línea entre el apoyo auténtico y la explotación mediática de la vulnerabilidad. Pero nosotres como audiencia, ¿qué podemos hacer para brindar un apoyo equilibrado a los artistas emergentes?
