¡HEY TÚ, CABEZA DE BALÓN! TIENES QUE APRENDER A APRECIAR EL JAZZ IMPROVISADO

por Héctor.

Hoy se habla de pobreza, desigualdad y gentrificación en los medios de comunicación vanguardistas o en los artículos académicos de Ciencias Sociales, pero en los noventa hubo un pequeño de nueve años con la cabeza de ovoide que le mostraba a la niñez: ¿Cómo sobrevivir en una cCiudad devorada por el neoliberalismo y de valor individualista que prioriza la ganancia sobre el bienestar?

Hey Arnold! narra el día a día de Arnold y sus amigos en Hilwood City, una zona urbana como cualquier otra: insegura y de contrastes económicos. Sin embargo, también es diversa en cuanto a sus habitantes y sus espacios, los cuales se presentan al ritmo del acid jazz, una combinación  entre el jazz sesentero encabezado por Miles Davis y los elementos musicales del hip hop o el funk. 

Hey, Gabriel García Márquez!

En su entrevista para The Great Big Story, el creador de la serie, Craig Bartlett, reveló que se inspiró en la arquitectura y en los espacios descritos por Gabriel García Márquez en obras como Cien años de soledad o El amor en tiempos del cólera, que podían representar una idea, estado de ánimo e incluso ser un reflejo de los personajes. 

“Me fascina la idea de que hay magia en todas partes si sabes donde buscarla”, dijo Craig Bartlett para el canal de Gonzalo Frías. 

Cada edificio, rincón de la ciudad o cuarto de la casa de Arnold tenía su propia personalidad y jugaba un papel en la trama del episodio, ya sea el cuarto de pesca del abuelo Phil, el cuarto Zen de la abuela Pookie o el propio cuarto del protagonista que encajaba con su necesidad de escape de Hillwood City.

Cuando Arnold pisaba esa alfombra naranja de flow setentero y apretaba un botón para desplegar su sofá y encender el estéreo, también entraba ese saxofón relajante que te acomodaba entre libros, macetas y cactus bajo un techo de cristal que daba a entender la nula barrera existente entre Arnold y los cielos, en representación de su cualidad soñadora.

El acid jazz y su papel en el tono de Hey Arnold!

Jim Lang, el creador de la banda sonora de Hey Arnold!, comparte en una entrevista para The Ringer Music Show que buscaba exaltar los paisajes y edificios de Hillwood City: cambiantes, diversos, caóticos y a veces relajantes. Por ello, el jazz bebop y el acid jazz fueron ideales para estar a la altura de su atmósfera volátil.

El bebop jazz fue reconocido como tal en la década de 1950. Se trata de un estilo de jazz improvisado con un tempo más rápido que el jazz bailable o comercial, lo cual favorecía el brillo de la batería y en especial del platillo, que marcaba la pauta a los demás instrumentos. 

Algunos artistas referentes de dicho estilo y sus ramificaciones, como el hard bop son Ella Fitzgerald, Miles Davis, Charlie Parker y Clifford Brown.

 También puedes encontrar el jazz bebop  en La Pantera Rosa

Por otra parte, el acid jazz fue clave para darle ese toque juvenil a la serie ya que mezcla el jazz con las bases de beats que el hip hop puso en la mesa durante los noventa.

“Lo usamos con la intención de ser fieles a la experiencia de un adolescente en la gran ciudad, quien crece en contacto con un abanico enorme de movimientos culturales”, explica Lang para The Ringer Music Show.

La misión del jazz en Hey Arnold! es dar sentido a las paredes de Hillwood City, que cambian su mensaje en función a los arreglos liderados por el platillo, el bajo y el saxofón, con la finalidad de acompañar la nostalgia, el misterio, el caos o la felicidad del momento que viven uno o más personajes.

“De la segunda a la tercera temporada quise provocar a Nickelodeon para que se negaran a mis composiciones, pensé que no iban a querer algo tan raro como el post bebop en una serie infantil, pero jamás me pusieron un alto”, confiesa entre risas Jim Lang.

Los personajes en Hey Arnold! no viven en una caricatura infantil: los asaltan, tienen momentos incómodos, se enfrentan a bullies y descubren sus sentimientos más profundos a lo largo de cinco temporadas.

En el capítulo “Operation Ruthless”, Helga idea un plan para evitar que Arnold le confiese su amor a otra niña llamada Ruth en el “túnel del amor” de la Feria del Queso. Aunque al final logra su cumplir su misión, Helga solo provoca que el amor de Arnold por Ruth sea más grande y queda desolada entre atracciones de feria apagadas, acompañada por un soundtrack igual de solitario.

Otro ejemplo menos específico son las piezas musicales que acompañan a Arnold y Gerald cuando recorren Hillwood City, como “Boys at night” para crear un ambiente despreocupado; y por supuesto, “Stompin!”, el tema de despedida en cada episodio, que es uno de los más recordados y replicados por bandas de jazz hasta el día de hoy.

El jazz como forma de escape

La filosofía de Arnold es ver el lado bueno de las personas a pesar de cómo ellas se mostraban al mundo. Y aunque extrañaba a sus padres y a veces los problemas parecían superarlo, siempre encontraba en su habitación y en el jazz, la fórmula perfecta para soñar y atravesar el día a día en Hillwood City.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Lo más nuevo

Sobre nosotres

¡Hola Querubines!

Medio independiente con presencia en diferentes ciudades del país tales como Morelia, Monterrey, Puebla, Querétaro, Tijuana y Ciudad de México. Nos enfocamos en crear contenido de cultura pop, destacando el trabajo de mujeres, personas LGBT+ y otras disidencias. 

encuentrános en...

Categorías

versión impresa

Open Book

SPOTIFY

Instagram

Edit Template
© 2023 Diseñado por alemcnt