por Paola.

¿Aranceles del 100% al cine internacional?
En un reciente post en su red Truth Social, Donald Trump acusó a otros países de “robarse” a los cineastas estadounidenses por medio de incentivos, lo cual devastaría la industria cinematográfica estadounidense. Según él, esto representa una “amenaza a la seguridad nacional” y es una forma de “propaganda extranjera”. Su propuesta: imponer un arancel del 100% a todas las películas internacionales que ingresen a EE.UU.
Pero ojo: hasta ahora es solo una publicación. No hay políticas oficiales ni acciones legales en marcha.
¿Qué es un arancel y cómo se le aplicaría a una película?
Un arancel es un impuesto que se le suma al valor original de un producto importado. Aunque tradicionalmente los aranceles se aplican a productos físicos (como ropa, comida o tecnología), en el caso de películas extranjeras, un país puede establecer aranceles sobre:
- La importación de copias físicas o digitales de la película.
- Los derechos de exhibición que paga una distribuidora local para proyectar una película extranjera.
- El licenciamiento en plataformas de streaming
Trump propone que el arancel sea del 100%, esto significa que, para que una película extranjera sea importada, deberá pagar el doble de su valor original.
Aún no se ha aclarado si este arancel afectaría solo a películas completamente producidas fuera del país o también a aquellas parcialmente filmadas en el extranjero, algo común en producciones de Hollywood.
A pesar de no ser oficial, el simple post ya tuvo repercusiones: las acciones de Netflix, Disney y otras grandes productoras cayeron, reflejando la preocupación del mercado ante una posible medida que afecte la distribución de contenidos.
Pero, ¿realmente está muriendo el cine en EE.UU.?
La respuesta es sí, pero no por la competencia extranjera.
Según Film LA, la producción fílmica en EE.UU. ha caído un 34% en los últimos cinco años, pero las causas son múltiples:
•La pandemia de COVID-19
•La huelga de guionistas y actores
•Los recientes incendios forestales en Los Ángeles
Atribuir esta caída exclusivamente a la competencia extranjera e intento de propaganda en contra de EE.UU. es una visión reduccionista y poco realista.
¿Por qué se graba tanto fuera de EE.UU.?
Porque otros países como Canadá y Australia han crecido en la industria, ofreciendo muy buena infraestructura, personal entrenado y calificado, mejores locaciones, incentivos y facilidades fiscales, además de contar con menor burocracia.
No es conspiración: es política cultural e industrial. Y no es ningún secreto que las propias producciones estadounidenses se benefician directamente de esto.
Además, hoy en día el cine ya no tiene fronteras.
Hoy el cine es una industria global y colaborativa. Las audiencias exigen diversidad cultural. Además, recientemente las producciones latinas, asiáticas y europeas han tenido un gran auge.
Las coproducciones internacionales se estrenan en 77% más mercados y recaudan, en promedio, casi el triple en taquilla comparadas con producciones exclusivamente estadounidenses.
¿Un arancel así sería legal?
Muchos expertos creen que no. No se trata de importar mercancía, sino de propiedad intelectual, lo que complica su legalidad a nivel comercial.
En Cannes, Wes Anderson dijo:
“No soy experto en esa área de la economía, pero creo que significa que [Trump] dice que se va a quedar con todo el dinero y luego, ¿qué obtenemos? Así que lo veo complicado. ¿Pueden retener las películas en la aduana?”
También en Cannes, Robert De Niro fue directo:
“No se puede poner precio a la creatividad, pero aparentemente sí se le puede imponer un arancel. Por supuesto, esto es inaceptable. Todos estos ataques son inaceptables”.
Si Trump continúa con su propuesta ¿Qué consecuencias tendría?
•Se verían afectadas las coproducciones internacionales.
•Podrían romperse asociaciones creativas y financieras entre estudios de EE.UU. y otros países como México, Francia o Corea.
•Las entradas de cine y suscripciones a streaming subirían considerablemente de precio.
•Habría menos variedad de contenidos y muchas industrias cinematográficas podrían entrar en crisis, como Bollywood o el cine africano.
•Y lo más grave: se perderían miles de empleos en EE.UU. y en todo el mundo.
En resumen: es una propuesta absurda, legalmente incierta y dañina. No resolvería nada. Solo agravaría la crisis que ya vive el cine estadounidense y afectaría a las industrias en desarrollo de otros países.
El cine es colaboración, mezcla de culturas e ideas. El cine es una ventana, no un muro.
¿Qué opinas tú? ¿Debe protegerse la industria cerrando puertas o abriéndose al mundo?