Adonde van las mariposas: Entrevista con Cynthia Zaid

Cynthia Zaid, originaria del Estado de México, es una comunicóloga que comenzó su carrera en el ámbito literario de manera independiente. Después de entrar en varios concursos de escritura, decidió que ese no era su camino y en  2019 decidió publicar por su cuenta los libros de poesía Bienvenida sea la herida y Una tacita de ti. Aunque trabajar de forma independiente no siempre es un camino fácil, la pasión que Cynthia tiene por la escritura y cumplir sus sueños se podía apreciar en todo lo que publicaba y creaba, logrando que sus oportunidades crecieran. Además de sus libros, también vendía merch de sus obras y gracias a sus escritos, sus seguidores comenzaron a crecer, lo que la llevó a que en 2024 Planeta decidiera publicar una nueva edición de Una tacita de ti. Después de escribir y publicar varios libros de poesía, este año publicó su primera novela: Adonde van las mariposas.

En Adonde van las mariposas seguimos la historia de Vanessa, una chica de 17 años que acaba de perder a su padre e intenta averiguar cómo seguir su vida mientras lidia con el duelo. Durante  la novela acompañamos a Vanessa por varios años de su vida mientras navega muchas situaciones y aprende del amor, la amistad, el trabajo y las pérdidas. Este es un buen libro para las fechas de otoño que apenas inician, se desarrolla en una cafetería y, aunque trata temas algo pesados, al final te deja con esa sensación cálida y reconfortante  que buscamos mucho en esta época del año.

CC: ¿Cómo fue que decidiste escribir una novela después de tres libros de poesía? ¿siempre estuvo en tus planes?

Cynthia: Siempre estuvo en mis planes, de hecho, esta novela la empecé a escribir hace diez años cuando estaba intentando hacer novela. Se me hacía un poco complicado porque escribí el libro anterior de poesía que se llama Una tacita de ti a la par que estaba escribiendo Adonde van las mariposas. Al final terminé Una tacita de ti y la novela se quedó archivada. Pasan muchos años y cuando mis editores me dicen “¿No tienes alguna novela por ahí?”, porque querían ver esa faceta, si yo podía escribir narrativa, yo dije “Sí, creo que sí la tengo”. Intento abrir la novela y me doy cuenta de que el archivo está corrupto, ya no abre ninguna parte. Hace poquito que estaba trabajando en otra novela me di cuenta de que el archivo en una parte sí abría, entonces lo retomé y ya que estaba frente a esa historia dije: ¿cómo le voy a hacer si yo siempre he estado en poesía? ¿cómo se construye un personaje? ¿cómo se desarrolla una trama? Conforme comencé a escribir los personajes me fueron guiando, se volvió más fácil porque ya los empecé a conocer, tenían su propia personalidad que te decía más o menos qué es lo que querían lograr. Pero la verdad te confieso que sí fue un reto.

CC: En una entrevista mencionaste que la disciplina no es lo tuyo, ¿cómo fue afrontar eso al escribir en un formato más largo?

Cynthia: 100% me afecta porque yo creo que ni siquiera es tanto el talento, sino tener un poco de talento y mucha disciplina. También para estar en redes sociales se necesita publicar y para sacar un libro necesitas  sentarte a escribir, porque los tiempos que uno tiene de pronto no son los mismos tiempos de la editorial o no es el mismo tiempo del lector que te está pidiendo un nuevo material. Sentarme a decir “tengo que terminar esto” no era lo mío. Yo le dije a mi editora: “Ayúdame, dame un calendario para que yo sepa que tengo que cumplir en esa fecha la primera entrega, la segunda revisión”. Ahora sí que los que no tenemos disciplina trabajamos bien bajo presión; la presión es lo que nos salva de la falta de disciplina.

CC: Comenzaste tu carrera como escritora de forma independiente, ¿nos puedes contar un poco de cómo te has sentido ahora trabajando acompañada de una editorial?

Cynthia: Tiene sus ventajas y sus desventajas. Es una transición donde uno tiene que aprender a soltar y a delegar, porque cuando estás tú solo te encargas de todo: de ver la maquetación del libro, de mandar a imprenta, de recibir ejemplares. Somos una oficina en una persona, somos el marketing, somos los editores, somos todo. Entonces, cuando llega la editorial con su ayuda y con un montón de talentos, porque cada quien aporta, ya son muchas personas las que te dicen “yo voy a hacer esta parte, yo me voy a encargar de esto y yo me voy a encargar de esto”. De pronto uno es muy aprensivo y dice:“Pero, ¿y si la portada es esta?”, no entiende que hay un talento atrás que estudió para eso y lo puede hacer mejor que tú. Ha sido aprender a escuchar, a adaptarme. También las oportunidades que me ha abierto yo no las hubiera podido conseguir sola, tal vez una que otra, pero dentro de mucho tiempo y después de mucho picar piedra. Por ejemplo, estar aquí con las entrevistas, de pronto a mí me hubiera costado muchísimo más. Incluso aventarme porque soy un poco penosilla. Hablo mucho, pero el acercamiento inicial me cuesta. 

CC: ¿Por qué elegiste que uno de los espacios principales fuera una cafetería? Retratas muy bien lo que es trabajar en una

Cyntia: Yo era barista de cafetería, por eso la protagonista también lo es. Tuve que hacer mucha memoria porque ya tenía mucho tiempo que dejé la cafetería. Recordar incluso las recetas, que sonara lógico la forma en que lo estaba preparando. Yo le mandé mensaje a una ex compañera y le pregunté “Oye, ¿te acuerdas cómo hacíamos el frappe?”, “Sí, así”. También recordar las sensaciones de estar frente a la gente. Fue hacer una remembranza de muchos muchos años, pero creo que siempre se te queda marcado porque un trabajo así es bastante más retador de lo que las personas piensan. 

Yo lo que quería era que se vieran varios polos de Vanessa, que no solamente se centrara en su historia de amor. Que a mí me encanta el romance, yo consumo romance, pero dije: “¿Y si también hablamos de lo que es su vida familiar, las cosas con las que lucha, cómo es su trabajo y los sueños que persigue aparte de la historia de amor?” Por eso quise incluir su trabajo. 

CC: En la nota de autora mencionas que hablar del amor y la muerte fue difícil y desafiante. ¿Cuál fue el mayor reto que tuviste al tener estos temas como foco principal de la novela?

Cyntia: La verdad hubo uno que yo no me imaginaba. [Fue un reto] por las partes que dolían al escribir [la novela] , que me recordaban a cosas que ya había vivido. Ya he contado que cuando yo inicié a escribir la novela en mi etapa universitaria, hace 10 años calculo más o menos, yo no había pasado por ninguna experiencia así. Yo solamente hablaba de lo que yo me imaginaba y estaba hablando desde la ignorancia de un tema súper fuerte. Pero al pasar el tiempo y después de la pandemia, que sí miré muchas pérdidas de amigos, y cuando murió mi abuela paterna, la mamá de mi papá, dije: “Ah, ya sé de primera mano lo que se siente y cómo se ve”. Porque mucho de lo que Vanessa experimenta es lo que mi papá experimenta tras la muerte de su mamá y algunas otras pérdidas. Qué bueno que la novela se quedó ahí guardada para que pudiera madurarse y pudiera madurar yo para entender de lo que estaba escribiendo. 

CC: Durante el transcurso del libro podemos ver diferentes tipos de relaciones de pareja, ¿cómo fue navegar entre ellas y las situaciones que enfrentaba cada una?

Cynthia: También eso fue una sorpresa para mí porque una inicia con una idea en la mente y piensa que un personaje va a ser secundario, pero de repente empiezan a desarrollar sus propios mundos y quería hablar de ellos. Por ejemplo, Eli experimenta un duelo diferente porque ella ya habla de una relación tóxica con su esposo y de los microduelos que ella va viviendo. También quería hablar de los amores a los que se les tiene que dejar ir porque uno necesita. De pronto se empezó a tornar ya muy filosófico, pero me gustaron las historias contadas por los personajes. 

CC: También escribiste que crees que los personajes no tienen que aspirar a ser perfectos, algo que podemos notar mucho en les protagonistas ¿cómo fue darles vida a estos personajes y mantenerlos tan reales como se sienten?

Cynthia: Yo desde un principio sabía que quería contar la historia de un casi algo y por algo son casi algo, porque siempre se complica. A veces las dos personas son buenas, pero siempre hay  una cadena de malentendidos, de que buscan cosas distintas. Cuando volteas atrás dices “¿Pero por qué no estamos juntos?”, “No lo sé, pero ya no podemos, está muy complicado”. Entonces Gael no podía ser perfecto porque, de lo contrario, no tendría mucho sentido que se desarrollara la historia con tanto conflicto y que tomara tanto tiempo. Creo que hubiera sido más fácil que hubiera sido un personaje ideal, lo mismo que los otros intereses amorosos, que fueran ideales, pero no me ha tocado ver a un hombre perfecto.

CC: Miré un video donde contabas que tu familia no te apoyó para estudiar filosofía y letras porque de eso no se encontraba trabajo, pero igual la vida te llevó por ese rumbo, ¿qué opina tu familia de lo que has logrado hasta ahora con tus libros?

Cyntia: Yo creo que no entienden nada de lo que está pasando. Yo era tan penosa y tengo tanto miedo al ridículo, me frustro porque no quiero que me vean fracasar. Eso me pasaba con mi familia: cuando estaba en la universidad entraba mucho a concursos que eran de “preséntate en un teatro para mostrar tu talento” y hay cantantes, bailarines y escritores. Una vez me vieron salir muy arregladita y con mi tripié y me preguntaron “¿A dónde vas?” y les dije “Voy aquí al teatro”, “¿Y qué vas a hacer?”, “Me voy a presentar”, “¿Cómo que te vas a presentar? ¿ tú sola?”, “Sí, nomás voy rápido”, “No, ¿cómo crees?”. Entonces se cambiaron y fueron a verme y lo que yo no quería es que vieran cómo iba a perder. Dije un poema y los mayores aplausos fueron los de mi familia, me acuerdo mucho de que mi hermano estaba eufórico. Lo bueno fue que no me tocó perder, quedé en el tercer lugar. Era mi miedo a que me vieran, entonces yo todo lo he hecho en secreto, ellos de pronto no saben. Sí me apoyan mucho, pero ha sido un miedo a decepcionarlos lo que he tenido. Creo que si hubiera vivido en una ciudad en donde hubiera estado mi carrera, no se habrían opuesto, pero la situación era que yo vivía en Quintana Roo y no existía la carrera de filosofía y letras, de literatura, nada. Entonces dije “Aquí hay de dos, puedo agarrar una carrera donde pueda encontrar trabajo y mi sueño va a ser a la par” porque siempre supe que no iba a renunciar, no era el plan. El trabajo, cual sea, va a darme dinero para inyectarle a mi sueño.

CC: En el personaje de Vane vemos el viaje de una persona para cumplir sus metas/sueños mientras lidia con muchas cosas más, ¿para ti publicar esta novela significó un sentimiento similar al de ella en el final? 

Cynthia: Sí, fue un sueño cumplido. Desde el hecho de tener un libro publicado, aunque fuera autopublicado, ya fue un check, dije “Ay, ya tengo un libro”. Después cuando llega el primer comprador que paga por leerte, wow, ya es otro check. Después el sueño de publicar con una editorial, y no cualquier editorial, mi sueño siempre había sido Planeta. Yo puse un tuit que decía “Guarda este tuit, algún día Planeta va saber que existo” o algo así, dicen que lo manifesté, entonces publicar con ellos ha sido otro sueño cumplido. Ni se diga de las experiencias que me han dado, de pronto estar en un cóctel con autores y escritores. Ahora también una novela, fíjate que ese fue un sueño que nunca me planteé, no sabía que era mi sueño hasta que lo cumplí. 

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