
Texto y Diseño por Dani G – Portada de @el_deivid_1
Argentina está repleta de nieve. Todo es blanco y todo es tóxico. Y lo peor es que nadie sabe exactamente a qué se están enfrentando, cuál es el mal que se arrastra por las calles vacías de Buenos Aires.
El Eternauta es un cómic de ciencia ficción creado por Héctor Germán Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López que fue publicado por entregas entre 1957 y 1959 en la revista Hora Cero Semanal. Este es el corazón para la adaptación de esta historia a una producción audiovisual que no tiene nada que envidiarle a las grandes producciones de Hollywood.
Dirigida por Bruno Stagnaro, esta producción llevó 7 años de rodaje, impresión 3D y producción virtual para convertir a Argentina en el escenario de esta invasión alienígena.
Es de resaltar el nivel técnico en la creación de todo este universo, los invasores robotizados te los tomas en serio, porque dan miedo real, porque están hechos con un equipo que estudió cada parte de la fisonomía de estos bichos para que fueran creíbles.
Me resulta difícil no escribir sobre el Eternauta sin pensar que es una historia profética, donde se muestra todo lo que los humanos podemos llegar a ser cuando todo está perdido. Retrata la incertidumbre, el no perder la cordura ni la humanidad en medio del fin del mundo y anhelando tener algún atisbo de vida de las personas que quedaron afuera y no saben qué les ha pasado.
Nadie se salva solo
Juan Salvo – interpretado por un impecable Ricardo Darín- es quien nos guía en esta travesía por un mundo distópico, donde parece que cada vez quedan menos humanos. Con su máscara y su traje impermeable camina atravesando cuerpos cubiertos de nieve, barreras gigantes de autos, lugares en silencio donde no hay rastro de vida.
Lo que más me atrapa de este personaje es que es un padre de familia que no va a pelear con nadie, está asustado y solo busca un lugar seguro para resguardarse con su familia, amigos y hasta desconocidos. Es esa capacidad de la historia de poner a los personajes como personas corrientes, lo que hace que sea tan potente. Juan Salvo podría ser cualquiera.

Y es que estas personas que podrías encontrar literalmente en la tienda de la esquina, ahora están viendo cómo todo se está fragmentando. Empiezan a entender que todo es válido al momento de sobrevivir, están en estado de shock. Nadie te prepara para algo así.
Sin embargo, este personaje siempre tiene un atisbo de optimismo: “Ahora no es tiempo de odiar, es tiempo de luchar”, dice Salvo. La resistencia de este personaje es la clave para guiar a este colectivo en una lucha que lleva como bandera la esperanza de seguir vivos sin perder la humanidad. Este navegante desea con todas sus fuerzas descifrar quién es el verdadero enemigo, ver contra quién se están peleando el mundo.
Favalli es otro de los personajes que me capturó de inmediato. Tampoco sabe contra quienes están peleando pero tiene muy clara su estrategia. Quiere alejarse lo más que pueda del caos y retirarse con su familia en un valle en la cordillera.
En contraste con Juan Salvo, Favalli puede parecer egoísta y que solo piensa en sus seres queridos. Pero esta historia muestra las diferentes facetas que podemos tener como humanos. Favalli tiene un lado decidido y estratégico, es un sobreviviente. Siempre listo para el próximo golpe del mal que habita en la nieve.
Además, tiene muy claro que, cómo lo dice él mismo: “lo viejo funciona” y es quién logra que la radio, el coche y otros dispositivos que parecen inútiles funcionen y sean clave para todo el desarrollo de la historia. Un mensaje muy potente a mi parecer para nuestra sociedad que tiende a descartarlo todo sin pensar.
Su creador: Oesterheld
Al ahondar en la vida de su creador te encuentras con una historia impactante y triste: Oesterheld fue desaparecido por la dictadura argentina. El Eternauta es la obra más importante de su autoría y fue ganadora de un premio Eisner en 2016.
Por esto, no parece una coincidencia que el protagonista de esta historia sea Ricardo Darín, quien también es el protagonista de la película Argentina, 1985 donde se denuncian las múltiples desapariciones de la dictadura en ese país.

Nieve, miedo y silencio
Varias preguntas quedan rondando en la mente cuando terminas la serie: ¿Qué queda cuando aflora lo peor del alma humana?, ¿Qué tanto debemos pensar en nosotros mismos en medio del caos?, ¿Qué es lo importante cuando ya nada importa?.
Esta serie nos retrata con fisuras y florecimientos. Nos retrata humanos.
Una historia que nos hace mirarnos con compasión, saber que somos pequeños ante la grandeza de lo desconocido y que aún quedan personas buenas… incluso, cuando todo allá afuera se está cayendo a pedazos.
Y tú, ¿conocías el cómic?, ¿Ya viste la serie? ¡Cuéntanos!