Entrevista y diseño — Anita

Su número de la suerte es el trece, nos cuenta lo que estaba comiendo tu escritore favorite justo cuando le llegó la inspiración de escribir su libro más famoso, habla de mujeres borradas de la historia de la literatura y además cree que cuando haces algo desde el amor, todo se va a poder.
Magali T. Ortega (@nenamounstro) es la autora de Chismecito Literario Vol. 1 y próximamente de Chismecito Literario Vol. 2. Si estás del lado de booktok seguro te has quedado picadísime con una de sus historias y su forma tan especial de contarlas.
Recientemente tuve la oportunidad de platicar con ella sobre el rol que han tenido los libros en su vida, sus libros favoritos, la manera en la que ha cambiado la forma en la que nos comunicamos y el proceso de pasar de lectora a autora.
CC: Magali, siempre que hablo con mis amigas lectoras les pregunto esto, así que también me gustaría preguntarte a ti, ¿qué estás leyendo ahorita?
En este momento estoy leyendo un libro que se llama Los destrozos y el autor se llama Bret Easton Ellis, quien es un autor que tiene mucho significado personal. Yo crecí con sus novelas, fue mi primer acercamiento a literatura, digamos, más adulta donde empiezas a explorar temas mucho más escabrosos. De repente me encuentro a autores como él y me cautivó la manera que tiene de narrar ficción. Aparte, todo su trabajo está acompañado de un soundtrack, entonces, aparte que me enseñó a leer ficción y a agarrarle amor, también me enseñó un montón de música. En enero se publicó su primera novela después de 13 años de ausencia, entonces me tiene enganchadisima. Me siento como si me hubiera topado a mi primer ex-novio de la secundaria, con el recuerdo y la emoción de que fue bien padre cuando lo conociste, que pasaron momentos increíbles juntos y que le tienes un gran cariño.
CC: Imagino que era algo normal para ti el andar husmeando libros que no debías
Claro, claro por supuesto (risas). Mi mamá era una gran lectora y en los ochentas la distribución de libros era muy limitada. En realidad no tenías tantas opciones como hoy tenemos, no había tantas librerías para ir y elegir. Recuerdo que teníamos libros como La muerte de artemio cruz de Carlos Fuentes o Vagabunda de Luis Spota y mi mamá me decía que todavía no lo podía leer, que me esperara un poquito más. Yo me metía al baño, leía 2 o 3 páginas lo más rápido posible y lo regresaba a su lugar. Para mí, esa era la mejor travesura que yo podía hacer. Yo no me acuerdo que en mi época existiera el young adult. Si había, no lo sabía, o no llegaban a México así como hoy, que ha habido un gran boom y eso me gusta mucho. Yo ya no estoy en ese mundo, pero me gusta que haya muchas autoras y autores que escriban coming of age y que existan estas novelas que le puedas dar a los chicos y que no son tan duras como Bret Easton Elils, Chuck Palahniuk o Jonathan Franzen, que fueron las que me tocaron a mí (risas).
CC: Has hablado de libros en diferentes plataformas. Tuviste un blog, estuviste en Instagram y ahora estás en TikTok… ¿Hay algo diferente en la forma en la que se aborda el contenido en cada plataforma?
Puede que haya cambiado la plataforma pero la humanidad siempre ha querido contar historias y creo que eso es lo especial de estos espacios. La creación de los blogs hizo que un montón de gente contara su razón, su verdad e inventara historias. Fue en los blogs que muchos escritores descubrieron que eran capaces de contar historias, las entradas eran como novelettes. Cualquiera puede contar historias, hablar sus hobbies y enseñar algo desde este lugar común y corriente, como somos la mayoría de la gente. Ese lugar se lo quitamos a las superestrellas y a los grandes medios de comunicación. Se me hace muy valioso que haya esta pluralidad de opiniones y el quitarle el poder a los medios me parece de lo más revolucionario que hemos hecho como sociedad. Reclamar tu espacio, tu lugar en el mundo diciendo “mi opinión vale y cuenta y hay alguien a quien le va a importar y puedo hacer una diferencia”. A lo mejor no cambias la forma de leer del mundo, pero cuando hablas desde un lugar súper honesto sobre tus pasiones siempre habrá alguien que quiera escuchar.
CC: Estoy de acuerdo con eso, tener estos espacios nos hace sentir más cercanos a lo relacionado con las cosas que nos gustan, especialmente con la literatura, que a veces sentimos muy lejana o inalcanzable. Creo que poder compartir nuestro camino lector nos ha ayudado a conectar con las personas a nuestro alrededor.
Claro, el conocimiento es para todos y no sólo para los que estudiaron letras en la Sorbona de París. No necesitas ser un académico para compartir el amor por la lectura. Leemos por pasión, por gusto, por diversión. Creo que todos los creadores de contenido hemos venido a decir “no somos académicos ni profesores de literatura pero amamos leer y desde aquí te vamos a contar nuestra experiencia lectora” y eso ha abierto muchas puertas tanto como para lectores como para’ quienes leen y les cuesta hacer amigos, pero los encuentran a través de la lectura.
CC: Tu plataforma en particular me parece súper importante porque estás acercando a mucha gente a interesarse en un nuevo hobby y descubrir su próximo libro favorito. Me ha tocado leer a maestres en tus comentarios contando que empiezan sus clases con tus videos o diciendo que dejan de tarea ver alguno de ellos para hacerla de emoción para la siguiente sesión, eso me parece padrísimo.
Yo creo que ese es mi logro más grande si me lo preguntas, ese acercamiento a nivel personal de lector a lector me parece muy valioso. En México, el sistema de lectura es terrible. Seguro hay grandes maestros de literatura que impulsan a sus alumnos a leer y lo hacen de una forma creativa y atractiva para ellos, pero no son la mayoría. Se que muchos de ellos no pueden entregarse por completo por diversas circunstancias, sobre todo económicas, pero debemos de buscar la manera de apoyar este interés. Hay un boom de lectura como pocas veces hemos visto, más gente que nunca está leyendo un libro. No digo que El Cantar de mio Cid no tenga valor, pero a los chicos de 16 años les puedes meter otra lectura que les pueda gustar más. ¡Metan Sherlock Holmes, novelas young adult, a Fernanda Melchor! Sálganse de esos programas estirados que ya huelen a polvo
CC: Me dio mucho gusto cuando anunciaste que este libro iba a salir porque cuando empecé a verte Chismecito Literario llevaba poco más de un mes de empezar. ¡Ahora mírate! Toda una autora publicada, ¿Alguna vez te imaginaste estar del otro lado? ¿Del de la escritora?
¡No, nunca! La verdad es que sí me preguntas “oye, ¿quieres escribir un libro?” te diría “¡claro que no!” Mi sueño nunca fue escribir un libro, al contrario de mucha gente. No lo imaginé porque no era mi sueño, pero ahora que el sueño está cumplido me di cuenta que si puedo dedicarme a escribir sobre esto. No soy novelista ni cuentista ni quiero ganar un premio Sor Juana pero esto es algo que me gustaría seguir haciendo. Me gustaría seguir compartiendo el conocimiento de la lectura. Esa es la idea del chismecito, te cuento esto para que te den ganas de leer.
CC: Me parece muy interesante el concepto del Chismecito Literario porque por mucho tiempo tuvimos la idea de que los autores eran estas figuras misteriosas de las que sólo conocíamos su trabajo y ahora que podemos conocer más acerca de elles y sus vidas podemos tener una perspectiva completamente diferente al momento de leerlos.
Justo como tu dices, los teníamos como si fueran semidioses intocables con esta aura de genialidad. Pero de repente, como cualquier ser humano, se enferman, deben o son infieles. Al conocer de sus vidas y sobre el contexto social, político, económico, y religioso en el que ellos vivían podemos apreciar cómo esto influye en su manera de escribir y en los temas que abordan en sus libros. Entender este contexto abraza todo el concepto de lo que es la creación de un libro. Cuando entiendes lo que le pasó, puedes admirar muchísimo más su obra y te hace querer y valorar mucho más a tus libros favoritos.
CC: ¿Hay algún chismecito en particular que sea muy especial para ti?
Te voy a decir lo que dicen las mamás sobre sus hijos: todos son mis consentidos y a todos los quiero por igual. A todos los quiero un montón porque con todos me divertí muchísimo, escribiéndolos e investigándolos. Pero si me tuerces la mano, tendrían que ser los chismecitos de mujeres. No sólo los de las escritoras, sino también los de las mujeres que estuvieron en la vida de los grandes escritores que conocemos. Especialmente las cuidadoras me provocan una ternura bruta. Quiero abrazar a Véra (Nabokova), a Céleste (Albaret), agradecerles por toda su chamba. Hubo un montón de mujeres alrededor de estos hombres, pero nunca les dieron el crédito que merecían. Sin ellas, muchísimas grandes obras que amamos y que fueron tan importantes no existirían. Los chismes de ellos son muy chistosos, muy simpáticos, pero los de ellas me conmueven y les agradezco. Ya era hora de que las conociéramos.
CC: Toda tu trayectoria como ávida lectora se siente en este libro. Cada uno de los detallitos en él hace que se sienta como algo muy especial
¡Así es! Todo en el libro está ahí para que se sienta más personal, desde el momento en el que los agradecimientos vienen a manera de prólogo. Yo no quería que un académico lo hiciera por mi. El prólogo es la gente y por eso puse algunos de los mensajes que me mandaron. Quería que ustedes como lectores y seguidores se sintieran vistos y representados, este libro también es un agradecimiento mío a toda la gente que me apoyó porque gracias a ustedes pude escribir un libro. Ustedes son parte de este proceso, del crecimiento de este proyecto y me conmueve mucho que la editorial me dijera “nunca hemos hecho algo así pero órale, confiamos” y eso gustó un montón.